Cosmética española que me encanta (vol. I)
Más allá de los grandes conglomerados internacionales, existe un virtuosísimo ecosistema cosmético local que desarrolla y produce algunos de mis productos favoritos. Aquí te cuento siete.
Estoy segura de que por un momento pensaste que la única razón de existir de este boletín, el primero independiente sobre belleza en España (esta coletilla aún la estoy reformulando para que sea atractiva, pero me parece importante: por primero, por independiente, por belleza y por España), era mostraros las costuras de la industria cosmética. Pero resulta que no solo hay escepticismo en mi interior. También hay amor, y hoy te traigo una carta que es como de algodón de azúcar. Porque te voy a contar siete de los productos de cosmética española que más me gustan, con descripciones tan reales y optimistas que harían las delicias incluso del relaciones públicas más hosco. ¿Coincidiremos en favoritos?
La sombra de ojos en crema, de Etnia Cosmetics. El uso generalizado de mascarillas después de la pandemia me hizo reformular mis rutinas de colorido facial. Dejé los labios rojos a un lado y empecé a entregarme con pasión y toda la creatividad que pude a las sombras de ojos. En ese tiempo de experimentación descubrí que me gustan irisadas, en cremas, y aplicadas con el dedo de una manera tan anárquica como efectiva. El rosa IGNIS de Etnia Cosmetics es uno de los que más uso a diario y me encanta, porque no se cuartea y no deja línea en el pliegue del párpado.
La mascarilla C+C, de Natura Bissé. Quizá aún no lo sabes, pero soy una ávida consumidora de mascarillas faciales. A pesar de que pocas veces comparto mis hallazgos, esta en formato suflé (que en realidad es como una crema con textura mousse, muy sencilla de retirar) de Natura Bissé está entre mis favoritísimas de la historia. Por su olor, por su sencilla aplicación, por lo uniforme que deja la piel… Si se presentara a examen, le daría un doce sobre diez.
La hidratante de cara y cuerpo de bebé, de Olivolea. Es la que ahora mismo está usando mi hijo, y se la quiero robar cada vez que se la aplico. Tiene un ligero aroma infantil, pero es lo suficientemente sutil como para que no me recuerde locamente a Nenuco (que no me gusta mucho), y se extiende y seca con facilidad. Encima, el diseño del packaging es de mi amiga Paloma Vallhonrat. No le puedo pedir más.
La mascarilla Azofra, de Ruth Azofra. Funciona como una crema cuyos efectos se intensifican y se nota una piel más uniforme desde el primer uso. Es tan gustosa que uno quiere a quedarse a vivir en ella. De Ruth Azofra también me encanta un Home Fragrance que tenía, pero creo que ya no está disponible en su tienda online.
La crema facial Tensage, de Endocare (Cantabria Labs). Yo a una crema facial lo que le pido es que me hidrate la piel durante todo el día. Parece un requisito básico, pero no me resulta nada fácil encontrar una que funcione al 100%: a veces necesitas reaplicarla porque el rostro se vuelve tirante, y a veces ves que te sobra, porque al sudar tu piel expulsa parte de la crema. Con Tensage he llegado a un equilibrio que, en mi opinión, no es tan habitual. Y con ella me quedo.
La base de maquillaje fluida Velvet, de Saigu Cosmetics. De Saigu me gustan muchas cosas (los labiales, los iluminadores, los correctores, su filosofía como empresa…), pero tengo auténtica debilidad por su base de maquillaje. Es perfecta también para ti si te gusta que te unifique el tono pero funcione prácticamente como un velo invisible.
El champú con sal marina, de Modesta Cassinello. Pocos champús he encontrado en mi vida que me ayuden a limpiar cuero cabelludo y pelo de una manera más eficaz e instantánea. Obviamente, es un producto cuya recomendación agradecerás mucho más si (como yo) tienes el pelo graso. Hay un antes y un después de usar este champú.
El armario cosmético de… Nazaret Escobedo
Nazaret Escobedo, fan de la cosmética que le garantice juventud siempre que no tenga que ser acordándose del rodillo de cuarzo.
Antes de que se creara Internet, Nazaret Escobedo ya estaba en mi timeline. Nazaret es una ilustradora, animadora y diseñadora gráfica sevillana que tiene tanto talento y creatividad que no entiendo cómo no la ha fichado ya alguna multinacional para ayudarles con su imagen de marca.
La conozco, ya te digo, desde que los EBE se organizaban en Sevilla (imagínate la de tiempo que hará, que igual no sabes ni que EBE es el diminutivo de Evento Blog España). Y hemos seguido en contacto directo desde entonces. Es de ese tipo de personas que te fascina por su capacidad de anticipar tendencias sin dejar de ser fiel a sí misma.
Háblame de tus rutinas cosméticas. Creo que es importante que aquí pongas un aviso tipo “no lo hagan en casa sin supervisión”, porque mis rutinas no suelen seguir una lógica muy aparente o al menos eso creo. Soy esa niña que se frotaba limón por las pecas porque se lo vi hacer a Jan Brady en un episodio y básicamente utilizo aquello que mis amigas me recomiendan, veo a buen precio, tiene buenas reseñas y no me va mal.
Desde que me diagnosticaron la enfermedad de Crohn y sobre todo, desde que me quitaron el íleon, mi cuerpo es una montaña rusa y mi piel tiene etapas muy locas: lo mismo vivo tranquila con ella medio sequita, que me sale acné o de repente estoy unos meses con brotes clásicos de piel atópica que derivan en eccemas, así que te hablaré como si todo fuera bien en mi cuerpo y la vida me sonriera.
Lo que jamás, jamás se me olvida es la protección solar y además la uso todo el año porque en Sevilla el sol es muy fuerte. Antes usaba Heliocare Ultra SPF90 pero cambié a FotoUltra 100 SPF50+ de ISDIN porque se absorbe mejor y además me da un leve colorcito. Tengo también una BBCream SPF50 de Garnier pero me equivoqué en el tono y me deja el mismo color que a Lydia Lozano, por eso solo la uso cuando tengo la seguridad de que no me va a ver nadie que me importe (dar un paseo en bici, por ejemplo). Para el cuerpo utilizo una protección 50+ de Avène. Antes todos mis productos eran de Avène, pero fui alternando un poco y desde hace un tiempo uso como hidratante de día una de The Ordinary que tiene Ácido Hialurónico. Mi contorno de ojos es de Babaria porque es la mejor que vi en el Clarel de mi barrio. Como sérum voy alternando la vitamina C y el niacinamide + zinc de Skinfy dependiendo de cómo ande la piel y por la noche, a veces uso el Retinol de The Ordinary y la hidratante Wine Elixir de Apivita. También me gusta mucho la de Caudalie con resveratrol, colágeno y ácido hialurónico, pero no siempre la encuentro rebajada. Como gel limpiador me encanta el Cleanance de Avène. Pero si la cosa se pone seria lo cambio por un gel purificante microexfoliante de La Roche-Posay.
Soy muy fan de las tiras limpiadoras para la nariz y las mascarillas Express Beauty de Apivita y últimamente no paso sin el aceite de ricino puro para las pestañas. Con la cosmética pienso mucho en ese episodio de Mad Men en el que Megan decía que el secreto de belleza de su madre era echarse agua en la cara y masajearse con la yema de los dedos; ella creía que funcionaba y me parece que es el truco a la hora de usar cualquier producto.
Lo que más pereza me da son los utensilios. Compré un limpiador Nusu que habré usado dos semanas, también tengo un aparato facial de radiofrecuencia cogiendo polvo y del rodillo de cuarzo rosa jamás me acuerdo. Luego me arrepiento por si de verdad estoy perdiendo (además de mi dinero) una oportunidad maravillosa de parar el envejecimiento y ser bellísima.
Dime por favor tres o cuatro básicos cosméticos sin los que no podrías funcionar. Voy a basarme en aquello que meto sí o sí en un neceser de viaje: hidratante de día, protección solar, limpiador facial que sirva de desmaquillante, hidratante de noche, cacao para los labios, hidratante para el cuerpo y un vaporizador con agua de rosas Nelia o la colonia de bebé de Carrefour que huele a camomila y lavanda. Por suerte mi pelo se porta muy bien en cualquier situación y con (casi) cualquier producto se resuelve.
¿Qué valor o importancia tiene para ti la cosmética de proximidad? ¿Piensas en si una marca es española antes de comprar cosmética? Lo pienso mucho y procuro comprar marcas españolas siempre que puedo, como por ejemplo el aceite de ricino que uso para las pestañas, que está fabricado en un pueblo de Sevilla. Pero no tengo suficiente conocimiento como para sustituir los productos que mejor me funcionan por otros fabricados más cerca.
¿Hay algo que no te guste de la industria cosmética? La falta de honestidad y los altos estándares. Esa búsqueda por la eterna juventud enfermiza e inalcanzable, que va mutando para crear nuevas necesidades. Que si glow, que si dolphin skin, que si cloud skin... en serio, ¡basta! Sobre todo cuando todas estas tendencias las vemos aplicadas en chicas que acaban de cumplir 20 años y no saben lo que es un disgusto o un poro abierto.
Yo soy Antonia, ya de libro, y traduzco, utilizo en toda mi rutina los productos de Ruth, y nunca me he visto la piel tan bien, a pesar de ser ahora más mayor de lo que nunca fui. Jajajaja. (Perdón por el chiste)
Muchas gracias Paloma, nos encanta saber que estás contenta con el H07 Champú con sal marina. Un abrazo, Modesta Cassinello.