¡Está muy bien para su edad! Quien no haya dicho eso nunca jamás de nadie, que tire la primera piedra. La frase, por cierto, puede formularse de muchas otras maneras: “Jane Fonda, espectacular a los 85 años”, “Jennifer Aniston, un cuerpo diez a los 54”… ¿a que te suena?
Esta idea me asaltó, y aún me ronda en la cabeza, cuando vi la portada que Sports Illustrated le hizo a Martha Stewart en su número especial de bañadores. La sola idea de que haya un número especial bañadores que cosifican el cuerpo de la mujer ya me parece como para frenar en seco y reflexionar sobre si los avances de esta cuarta ola del feminismo son tan cosméticos como parecen, pero que encima tengamos que premiar a la cabecera por poner a una señora que ESTÁ MUY BIEN PARA SU EDAD, ya es el colmo. Ya me entienden de lo que hablo. Sports Illustrated no estaba apelando a la diversidad con esa portada, solo colgándose la medalla. Martha Stewart está muy bien porque no parece que tiene los años que tiene. Porque juega con las reglas de la eterna juventud. Déjame reescribir bien el concepto, porque a la inversa se entiende mucho mejor: cuando parece que tienes los años que tienes, estás mal. He ahí la perversión.
A mí la que me parece que está fenomenal para los años que tiene, y que ya era hora que tuviera su portada en cualquier sitio, es Miriam Margolyes, que se marcó un topless al punto de nieve en el Vogue británico el mismo mes en que la Stewart hacía infinito su canalillo con un bañador de Monday Swimwear. La profesora Sprout presumía las perlas de Yoko London como único atuendo y nos regalaba una frase para la posteridad: “No querría ser heterosexual por nada del mundo”. No sé, ¿no entregaríais a vuestro primogénito por ver a Patty LuPone hacer lo propio en Estados Unidos?
Volviendo a lo de estar bien, ¿a partir de qué edad puede empezar a alabarse la estética de otra persona? ¿Son, por ejemplo, las niñas que participan en concursos de belleza en Estados Unidos candidatas a ser elogiadas hablando de lo bien que están para su edad? ¡Parece que tienen dieciséis y una estética de Barbie! ¡Adelante! ¡Están increíbles, no aparentan seis años! Es de locos.
Y, ojo, con todo esto no estoy diciendo que lo bueno sea envejecer au naturel y rechazar tajantemente los procedimientos estéticos o quirúrgicos. Ni mucho menos. Ya he comentado en otras ocasiones, quizá porque es uno de esos temas a los que siempre regreso, que no hay más dignidad en la naturalidad que en la artificialidad. Y por eso también tengo la necesidad de reivindicar que estar bien para tu edad no tiene que ver con tu talla, tu maquillaje, tu hialurónico o tu peluquería semanal. Estar bien para tu edad significa estar a gusto en tu propio cuerpo. Y da igual la edad a la que leas esto.
Frases como “está muy bien para su edad” nos alejan de ese objetivo de autoamor. Conozco a mujeres tremendísimas de guapas, de carismáticas, de inteligentes, de espectaculares, que viven pre-ocupadas (y casi obsesionadas) por envejecer, invirtiendo tiempo y recursos en ganarle la partida al tiempo y a la gravedad en lugar de disfrutar de cada minuto que respiran. Viven aterrorizadas con la idea de dejar de ser un activo para una sociedad que las abrazó y las visibilizó a cuenta de la tersura de su cuerpo. Algunas recurren (recurrimos) a artificios como el tinte, la depilación, el bótox o el ácido hialurónico para aprehender, más allá de lo que nos tocaría, ese fulgor de la juventud en el que las células aún se multiplican a voluntad. Otras no. Todas, las que sí y las que no, nos merecemos que nos digan que estamos estupendas a nuestra edad. No importa a qué edad leas esto.
El armario cosmético de… María Vernetta
´María Vernetta, pielaza y pelazo.
María Vernetta es una de las personas que conozco que más me ha preguntado por cremas faciales y tratamientos de limpieza. También es una de las personas que conozco que mejor piel tiene. ¿Casualidad? No lo creo. La conocí hace muchísimo tiempo, cuando ambas trabajábamos en Harper’s Bazaar (en la que probablemente fue la etapa más feliz de nuestra carrera profesional, en una redacción utópica, por cordial y divertida). Desde entonces nuestras vidas profesionales han cambiado mucho, pero el amor permanece inquebrantable. Ahora es directora de arte, y se ha mudado de nuevo a Madrid en busca de nuevas aventuras profesionales. Guiño, guiño, codazo, codazo.
Rutinas cosméticas que sí y que no. Soy devota, evidentemente, a la limpieza facial mañana y noche. Aunque no me pinte, siempre hay restos de polución. ¡Es muy fuerte!
También amo la crema hidratante. No tengo una regla de mañana y noche, siempre la llevo en el bolso y me la pongo a demanda, cuando siento que mi piel lo necesita. Lo mismo hago con el agua termal de Avène: es un básico que siempre me acompaña. Sobra decir que la protección solar y yo somos uno, puesto que tengo una piel muy sensible...
Y nunca me salto mi sesión mensual de radiofrecuencia facial. Es mi capricho y hora de mimo de la que no me privo. Paso de los sérums, los contornos de ojos a ratos los uso y si no tengo uno a mano, lo reemplazo por unas gotitas de aceite de rosa mosqueta.
Básicos cosméticos sin los que no podrías funcionar. No podría vivir sin mi crema hidratante. Me gustan las de Nivea/Bella Aurora, cremas old school... incluso la Nivea de la lata azul que me sirve para hacerme mascarillas. Si nuestras abuelas tenían una piel estupenda con ella, ¿para que cambiar?
Siempre a favor de la crema solar de alta protección (llueva, truene o esté en una cueva), el kohl y el eyeliner negro. No puedo vivir sin mis ojos bien negros y el rabillo del ojo bien afilado... suelo comprar los de Bourjois. Por otra parte, mi perfume Chloé Rose Naturelle Intense y yo también somos uno...
¿Qué opinas de la expresión "Estás muy bien para tu edad"? Es terrible, o se está bien o se está mal pero la edad no ha de ser un comparable...esa frase ya quiere decir prácticamente que tu edad te está limitando, y la edad no limita, lo hacen nuestros prejuicios.
¿Hay algo que no te guste de la industria cosmética? Creo en las marcas que trabajan una buena calidad de la piel y nos invitan a sentirnos a gusto con nuestras arrugas. Los milagros no existen y no me gustan las mentiras. La piel acaba cayéndose y las arrugas salen. Lo que yo creo es que hay que tener una vida plena y cuidarse para que lo que refleje nuestra cara con el paso del tiempo es una arruga serena y bonita. AMEN