Mercurio retrógrado
El horóscopo, la carta astral, el tarot y el más allá: la ficción como un refugio de estabilidad en un mar de incógnitas
Confieso que he Googleado si Mercurio está retrógrado antes de comenzar a escribir estas líneas. Es más, confieso que por mi cabeza ha pasado la idea de retrasar (aún más) el envío de este boletín si ese evento astrológico estuviese en su cénit. Por último, confieso que no tengo ni idea de si alguna vez me ha afectado en algo esa terrible posición planetaria cuya sola mención es capaz de hacer temblar a todos los signos del zodiaco. El caso es que Mercurio es un planeta en el que amanece dos veces (lamentablemente, lo hace cada dos meses: cada uno de sus días equivale a 58 terrestres), pero nunca jamás retrocede. Su marcha atrás es tan solo un efecto óptico con efectos psicológicos devastadores.
El otro día estaba con E. y con M. comiendo y charlando sobre cómo mucha gente recurre a determinados tipos de espiritualidad para sobrellevar su día a día. En la conversación había implícita una crítica a algunos rituales, costumbres, depósitos de fe, amuletos, predicciones… Ni siquiera sé si mencionamos Mercurio retrógrado, pero el tema que nos ocupaba tenía ese tipo de material de trabajo. Sin embargo, no tardamos en caer en una espiral de fenómenos paranormales que solo terminó cuando vimos (varias veces, perplejas) el vídeo de vigilancia de una farmacia en la que los productos que había en unas estanterías se ‘caían’ durante la noche. Era un golpe seco, como si alguien las empujase. Realmente milagroso. La bisabuela de M. había sido la propietaria, ya fallecida, de ese establecimiento y uno de los empleados (que justamente tiene la habilidad de ver muertos) les había dicho que merodeaba mucho por la zona, con un moño recogido.
Nos creíamos muy científicas y pragmáticas con lo de rechazar las espiritualidades holísticas y acabamos atrapadas en la narrativa de un espectro. Por más que pensábamos en algún razonamiento lógico que explicase el asunto, nuestro cerebro había puesto ya la intermitente para incorporarse a esa gran autopista que es la fe en lo paranormal. Ahí cabe de todo: el horóscopo, los rituales budistas, la Santa Compaña, las hogueras de San Juan, los cuarzos que se cargan con la luna llena, el feng shui…
Te va a sorprender que te diga esto, pero todo lo que te estoy enumerando no es más que un bálsamo de certezas en un mar de incógnitas. Todas estas fantasías nacieron para asegurarnos paz mental, para darnos un asidero de tranquilidad en ese maremágnum de imprevistos difíciles de gestionar que es la vida. El horóscopo, por ejemplo, nos puede prometer las mayores alegrías y cargar con la culpa de las peores desgracias. Para eso está (y que no nos lo quiten) Mercurio retrógrado, para liberarnos un poco del peso del mundo sobre nuestros hombros. ¡No es culpa mía, es que Mercurio está retrógrado y todo se tuerce!
En mi carpeta de favoritos esotéricos, en realidad, no están ni mercurio, ni el horóscopo ni (si me apuras) la carta astral. Yo soy carne de tarot. Creo en el tarot como creo en Emma, Madame Bovary o Lady Chatterley. Las pocas desventuras amorosas que he tenido se han curado inmediatamente después de una visita al tarotista de turno en la que me ha dicho que volveré a ser feliz. Toda la maquinaria de la ficción del tarot puesta al servicio de mi paz mental. ¿Creo en ello? No. ¿Me funciona? Sí. Lo que me cuentan los pitonisos podrían decírmelo mi madre, mi prima o mi mejor amiga. Sin embargo, una persona externa, con la magia recién barajada y expuesta sobre el tapete, es la que consigue que mi cerebro recupere su frecuencia habitual. Hay a quien le funciona la terapia y hay a quien (como yo) también le va bien la ciencia ficción.
En el armario cosmético de… Susana Germade
Mi amiga Susana es sagitario (como yo) y sabe de qué signo del zodiaco eres con solo verte la cara. Nunca ha fallado. Nos une el amor por el fado y nos separa el timbre de voz (ella canta increíble). A ella le gustaría montar un salón de manicuras pero muchos creemos que la astrología no debería perder su talento innato para interpretar porvenires. Mientras decide qué hacer, os comparto sus opiniones y consejos cosméticos.
¿Cómo es tu rutina diaria? Podríamos estar horas hablando de esto porque ya sabes que, como buena beauty freak desde 1977, he usado mil productos a lo largo de mi vida y sigo comprando y probando todo lo que me llama la atención. Pero la verdad es que ahora mismo, a los mismísimos 45 años, me siento la piel mejor que nunca y estoy teniendo la rutina más escasa de toda mi vida. Eso sí, superpersonalizada, y creo que de ahí no me voy a bajar.
Utilizo un limpiador de Sephora con con ácido salicílico y AHA que deja la piel limpia y luminosa. Suelo usarlo solo por las mañanas, porque por la noche hago doble limpieza. Después, aplico un sérum para iluminar y mejorar la textura de la piel. Puede ser un concentrado con niacidamida, antioxidantes, ácido azelaico, etc. Ahora mismo estoy utilizando el Brightening Serum de Byoma, con con triceramidas (ceramidas, colesterol, ácidos grasos), niacinamida para iluminar y unificar la tez, y ácido hialurónico.
Y para finalizar la rutina de día, mi último gran descubrimiento, que me tiene FASCINADA. Es una crema hidratante muy ligera con SPF 30 que consigue que mi piel se sienta perfectamente hidratada, luminosa y que, además, atenúa muchísimo mis rojeces (ya sabes que soy muy de ruborizarme). Está formulado con un complejo de triceramidas, ácido hialurónico y betaglucano.
Por la noche sigo los pasos de la doble limpieza. Me desmaquillo o retiro el SPF con un bálsamo en aceite (aquí voy cambiando, aunque me gusta mucho el de Clinique), sobre todo si he utilizado máscara de pestañas resistente al agua, es decir, casi siempre. También me encanta el Midnight Recovery Botanical Cleansing Oil de Kiehl’s, pero es un poco más incómodo para llevarlo de viaje. En cualquier caso, siempre voy probando desmaquillantes nuevos. Y, para finalizar la limpieza nocturna, ahora estoy usando la Limpiadora Crema-Espuma Hidratante de CeraVe, con ceramidas, aminoácidos, etc.
Como tratamiento nocturno, ahora en otoño, he retomado mi querido Retincare, de Cantabria Labs. Es el producto antiaging más potente que uso, con tretinoína, ácido glicólico y polyvinyl-A.
¿Qué cosmético llevarías a una isla desierta? Una hidratante ligera con SPF y antioxidantes.
¿Crees en el horóscopo? ¿Por qué crees que nos sentimos irremediablemente atraídas hacia él? La inteligencia que caracteriza a las sagitario como nosotras no me permite creer en el horóscopo, pero… la verdad es que tengo un don para adivinar los signos desde que era pequeña. Con los años he aprendido a construir el relato de tal forma que hasta a mí me fascina. Creo que el horóscopo es un poco como la cosmética, a nadie le interesa hasta que empiezas a hablar de ello. Pienso que nos sentimos atraídos por la astrología porque, al final, hablamos de arquetipos de personalidad, de entender cómo somos y por qué nuestra vida y nuestras relaciones son así y no de otra manera. A nadie le interesan las características de X signo si no es el suyo o el de su crush. Yo creo que esa atracción tiene que ver con que te hablen de ti, te escuchen con atención y te ayuden a verbalizar lo que estás sintiendo, tus talentos, frustraciones, emociones varias y que, además, te expliquen por qué tu ex se está comportando así: “¡Ah, es Tauro! Normal que ya esté con otra. Son incapaces de estar solos”. En definitiva, queremos que nos escuchen, que nos analicen y nos definan. Porque la astrología es una forma de entender que somos únicos.
¿Qué es lo que más odias de la industria cosmética? Amo la cosmética. Me cuesta pensar en algo que odie de la industria que le da tantos momentos de placer. Quizás te diría que hay productos que no son para nada necesarios en una rutina de belleza. Sobre todo en skincare. El maquillaje y los perfumes ya son otra historia…
Eres sagitario Paloma🤭yo también 🤗